lunes, 17 de octubre de 2011

El Estado cumple la Ley de Morosidad y paga en 39 días

Noticia publicada en..           http://www.eleconomista.es/economia/noticias/3455041/10/11/sorpresa-el-estado-cumple-la-ley-de-morosidad-y-paga-en-39-dias.html

El Estado es buen pagador. Dicho así, con rotundidad y sin mayores concreciones puede parecer una afirmación sorprendente, dado el clima generalizado que existe en la opinión pública respecto a la morosidad de las Administraciones después de las revelaciones de escandalosas demoras en determinadas comunidades autónomas y en los ayuntamientos, tras las elecciones administrativas del mes de mayo. Y sin embargo, es verdad.
La Administración General del Estado, léase Gobierno central, ha establecido en el primer trimestre de este año un ritmo de pago a sus proveedores de sus compromisos de gasto que se sitúa en los 37,6 días para los gastos corrientes en bienes y servicios y de 39,3 días para las inversiones reales, lo que sitúa el conjunto de los pagos en 39,06 días.
En todo 2010, los plazos fueron de 52 y 55,5 días. Nada que ver, como se puede observar con los más de 200 días de la mayoría de las comunidades autónomas y de los 300 días de la mayoría de los ayuntamientos.
Normalizar pagos
El Estado está demostrando que es posible normalizar los pagos en los periodos previstos en la ley de Morosidad, tras la reforma introducida en la Ley de 2010 que estableció como plazo máximo el de treinta días, aunque con un periodo de adaptación hasta el primero de enero de 2013.
Según este, entre el 1 de enero de 2011 y el 31 de diciembre de este año, el plazo establecido será de 50 días y en el último año del periodo transitorio, 2012, los pagos deberán realizarse en los cuarenta días siguientes a la obligación de pagar. A partir del 1 de enero de 2013 es cuando surtirá efecto el periodo de 30 días.
La obligatoriedad de la norma concierne a dos gastos fundamentales, los gastos corrientes (Operaciones del Capítulo II de los Presupuestos Generales del Estado) y las Inversiones Reales (Capítulo VI).
Gastos corrientes e inversiones
El informe de la Intervención General del Estado recoge tres categorías diferentes de datos: el periodo medio de pago (Ver recuadro), que indica el número de operaciones, el importe y el plazo en que se ha abonado. Una segunda categoría de datos está representada por las operaciones pendientes de pago y, por último, las operaciones que han excedido el periodo legal de pago.
En el primer concepto, la Administración del Estado abonó 8.366 operaciones de gastos corrientes, por un montante de 252,49 millones de euros, con un periodo medio de 37,6 días. Y en cuanto a las inversiones reales, las operaciones en el primer trimestre alcanzaron 1.396 millones de euros, representados por 7.528 operaciones, con un plazo medio de 39,33 días. En total, 15.894 operaciones por 1.648 millones de euros con un plazo del 39,06 días. (En 2010 el plazo fue de 54,4 días).
De esta categoría quedan fuera las Obligaciones pendientes de pago, que en gastos corrientes eran 1.090 por un importe de 21,1 millones de euros y que promediaron los 39,93 días. Muy distinto y peor es el panorama que presentan las operaciones de Inversiones reales pendientes, que totalizaron 370 por un monto de 19,1 millones de euros y que acumularon un periodo de pago de 92,03 días debido, fundamentalmente a los periodos medios de los dos grandes agentes inversores, el Ministerio de Fomento, que acumuló 169 días de plazo de pago, y el antiguo Ministerio de Agricultura lo hizo en 1.206 días, en una sola operación de 23.000 euros.
Operaciones en mora
En conjunto, las operaciones pendientes alcanzan 1.460 operaciones por 40,3 millones de euros, con un plazo de pago de 64,7 días, cuando en el año pasado en conjunto se quedaron en 27,87 días.


viernes, 14 de octubre de 2011

La e-mancipación de la economía asturiana

 

Jorge Ramos

Este artículo de opinión fue escrito y publicado el 23 de septiembre de 2008 por el periodista Jorge Ramos: La e-mancipación de la e-conomía asturiana http://bit.ly/roxcZK   ¡Todavía sigue el proceso!
Jorge Ramos
El mayor reto que afronta Asturias, en estos primeros años del tercer milenio, es hacer realidad la e-mancipación de su economía, lastrada por la dependencia del sector público que fue durante décadas el motor de su sistema. Para alcanzar este objetivo, resulta imprescindible aprovechar la revolución tecnológica vigente y sus principales herramientas, entre las que destacan, sobre todo, la globalización económica y el e-business con internet como telón de fondo.
Desde la Federación Asturiana de Empresarios (FADE) se enfatiza, una y otra vez, por su presidente, Severino García Vigón, la necesidad de apostar por la competitividad, la innovación, la formación, la flexibilización del mercado laboral y la salida a nuevos mercados comerciales de otras Comunidades y otros países. Pero no siempre son escuchadas sus propuestas y, por el momento, la ansiada convergencia económica con España y con la UE sigue siendo todavía la principal asignatura pendiente.
En este escenario, la “e” de eficacia, ha empezado a asentarse, poco a poco, en los planes estratégicos de las grandes, medianas y pequeñas empresas, aunque todavía estamos bastante lejos de alcanzar los niveles mínimos exigibles.
La competitividad, la productividad, la exportación y la concentración de esfuerzos en la calidad de los productos y en un mayor esfuerzo inversor en I+D+i, empiezan a ser aceptados, lentamente, no como meros conceptos sino como realidades a las que los asturianos debemos hacer frente, si queremos que nuestra economía prospere.
Ha empezado, final y afortunadamente, a producirse también la progresiva sustitución de los criterios político-económicos, que protagonizaron la vida económica asturiana durante décadas, que hacían pilotar todo el entramado económico sobre las grandes empresas públicas, por los más modernos y más racionales criterios de eficacia, productividad y competitividad.
Y en este marco, precisamente, es donde empiezan a despuntar vigorosas pymes que salen con creciente éxito a competir en otros mercados.
Entretanto, la inmigración, que durante largos años atrajo a miles de españoles de otras regiones a trabajar en la industria pesada del Principado, se ha convertido ahora en emigración, y muchos titulados se marchan en busca de ese empleo que no encuentran en su patria pequeña. Los jóvenes de esta región emigran y, por este motivo, son tan importantes las empresas como Dial que se especializan en formación en las nuevas tecnologías y en los sectores emergentes.
Sin embargo, hay otro lastre en el proceso de crecimiento de la economía asturiana, se trata del localismo exacerbado que ha llevado, durante décadas, a las principales ciudades asturianas a competir entre ellas en lugar de unir sus fuerzas. Se advierte, no obstante, cierta tendencia a corregir esta mentalidad. La zona central asturiana está empezando a ser considerada como una gran urbe formada por tres ciudades, Oviedo, Gijón y Avilés, que suman globalmente apenas 600.000 habitantes y están unidas por la Autovía que se ha convertido ya, de hecho, en una “megacalle” de esta urbe, cuyos tres núcleos de población pueden ser recorridos en coche en apenas una hora, es decir, menos del tiempo que se tarda habitualmente en llegar en Madrid desde un domicilio en las afueras de la capital hasta el centro de trabajo.
De hecho, sin ir muy rápido, se puede llegar desde Oviedo a Gijón en 20 minutos, tardando otros 20 minutos en recorrer la distancia de Gijón a Avilés y otros 20 minutos desde Avilés a Oviedo.
Junto a este factor, positivo para los intereses generales de esta Comunidad, hay otros muchos, pero singularmente podemos destacar la complementaridad potencial de ofertas. Así, mientras que Gijón, además de un superpuerto comercial, servicios e industria, oferta su gran sector turístico y playero, Oviedo se proyecta como ciudad de negocios y congresos al tiempo que centro turístico-histórico; y Avilés aporta junto a otros aspectos reseñables, la historia y el puerto marítimo con especial énfasis en la actividad pesquera, al ser considerado uno de los principales del Cantábrico.
Cierto es, y a la vista de estas circunstancias actuales resulta evidente, que nos queda mucho camino por delante, pero también es cierto que Asturias tiene potencial, que tiene muchos y excelentes empresarios; y que, en definitiva, estoy convencido de que ¡Entre todos, podemos!
martes, 23 de septiembre de 2008

martes, 11 de octubre de 2011

Reforma de la ley de morosidad para obligar al sector público a pagar a tiempo

El diario económico Expansión analiza hoy con mucho detalle y precisa las soluciones principales para terminar con la lacra de la morosidad en el pago de las facturas de las Administraciones públicas españolas a las micropymes, pymes, empresas y autónomos españoles. Así, expansión cifra en 370.000 empresas las que han visto agravar la crisis por no haber cobrado ó haber cobrado con excesivo retraso las facturas que debían cobrar como proveedores de Ayuntamientos, Gobiernos Autonómicos y Gobierno Central. Para leer el artículo de Expansión, acceder a la web del diario por medio del vínculo ....
http://www.expansion.com/2011/10/10/economia/1318281131.html?a=PEU1ab6bbbfe1ef3733c41b7a7877521e27&t=1318316655


sábado, 8 de octubre de 2011

¿El secreto de Napoleón?

Jorge Ramos.-
Una empresa es un proyecto, una tarea en común en la que intervienen el capital y el trabajo como factores de producción. Esta es al menos una de las principales acepciones recogidas por el diccionario. Una empresa es también un trabajo en común, una acción o tarea que entraña esfuerzo y trabajo con un común objetivo, por medio de un trabajo protagonizado por personas, ya que desde el cargo de presidente ejecutivo hasta el puesto más bajo del escalafón están ocupados por personas. Es una verdad de Perogrullo, ciertamente, pero la olvidamos a diario, y olvidamos que esta verdad nos lleva a una conclusión: el principal capital de una empresa es el capital humano. Una empresa no es una entelequia y sin personas no puede existir. Y si las personas no se sienten a gusto en la empresa, está condenada al fracaso.

Ninguna empresa puede obtener el éxito si las personas que la forman no creen en el proyecto. Y aquí entra en juego la implicación de los trabajadores en los objetivos empresariales y entra en juego también otra serie de prácticas de creciente introducción en la empresa moderna: la conciliación familiar, la comunicación interna, el coaching y la eliminación de los compartimentos estancos.

Cuentan que uno de los secretos de Napoleón para el éxito en sus batallas consistía en que todos sus soldados conociesen de antemano cuáles eran los planes de batalla. De este modo, si recibían órdenes de retirada sabían previamente que podrían recibirlas porque el plan incluía atraer al enemigo a una trampa. Sus soldados participaban así en la empresa y no se sentían meros comparsas. Napoleón estaba implantando con éxito, y con más de 200 años de anticipación, la comunicación interna y el trabajo en equipo, practicaba el “coaching” y creaba empresa, demostrando que la diferencia entre un “jefe” y un “líder” estriba precisamente en la existencia o ausencia de esa capacidad de dirigir en vez de mandar. La implicación crea equipo y el trabajo en equipo lleva al éxito. “Todos mis soldados llevan en su mochila un bastón de mariscal….”, afirmaba Napoleón…

 En este punto abordamos otra cuestión clave, la comunicación, tanto interna como externa. Hasta el último trabajador debe saber cómo va la empresa y sentir que gracias a su trabajo la empresa prospera. Mediante el “coaching”, una práctica de todavía reciente introducción en el mundo empresarial español, se propicia una mayor comunicación y una conciencia de equipo. Pero además debe existir comunicación, porque una empresa que no comunica no existe. Y para que exista comunicación no puede haber compartimentos estancos. En un buque todos son necesarios y nadie puede desentenderse. Si la máquina echa humo, no vale decir que el problema no afecta al piloto, aunque el piloto y el jefe de máquinas estén enemistados, porque si el barco se hunde se hundirán ambos con el buque. ¿Apostaremos por el capital humano?

jueves, 6 de octubre de 2011

¿Qué pasará ahora con el consumo?

Jorge Ramos
¿Se mantendrá el consumo cuando los principales motores del consumo (en estos momentos los trabajadores con sueldo fijo, los funcionarios, médicos, maestros,(...), decidan recortar gastos al ver disminuidos sus ingresos? ¿Tendremos inflación o tendremos deflación? ¿Van los responsables políticos de todas las administraciones públicas a seguir esperando sin tomas medidas como si todo se fuese a resolver solo?

Sin circulante, las empresas no tienen liquidez, sin liquidez se ven obligadas a acudir a su entidad bancaria para abrir una línea de crédito, y sin que los bancos les concedan dichas líneas de crédito se ven abocadas a un proceso que, pasando por los expedientes de regulación de empleo culminan, finalmente, en muchos casos, en la presenciación de recursos de acreedores. De nuevo, nos encontramos ante un enrevesado Nudo Gordiano. Parece ser, según cuentan los historiadores, que Alejandro Magno supo encontrar la forma de deshacer su propio Nudo Gordiano. ¿Quién cortará ahora este Nudo Gordiano que atenaza nuestra economía?
 
Nadie le pone el cascabel al gato y cuando un problema no se resuelve puede convertirse en endémico. La morosidad aumenta de forma exponencial. El circulante es la sangre del sistema económico de un país y desde hace algunos años el sistema económico español está sufriendo una hemorragia interminable. Imaginemos por un momento que en el servicio de Urgencias de un hospital atendiesen a un accidentado con fuerte hemorragia suministrándole aspirinas para el dolor de cabeza cuando lo que necesita es una transfusión urgente para no perder la vida, así ocurre ahora a las empresas, urgen transfusiones/créditos para tener circulante/sangre y sobrevivir.

La solución más urgente y prioritaria es, sin duda, que se cumpla con rigidez la Ley de lucha contra la morosidad y que ésta norma, además, cuente con un reglamento sancionador porque en estos momentos no lo tiene, y una ley que no sanciona su incumplimiento se convierte en papel mojado. Y claro, con los autónomos sometidos a este proceso, las micropymes contra las cuerdas y sin circulante, el consumo se mantiene prácticamente por los trabajadores con sueldo fijo. Pero veamos que puede ocurrir ahora. Muchos de ellos, y me refiero concretamente a los empleados públicos, funcionarios de las distintas administraciones, ayuntamientos, autonomías, centros educativos, centros sanitarios, ven ahora cómo la crisis ha llegado hasta ellos y si no cambia la situación pronto pasarán a engrosar la larga lista de ciudadanos españoles con importante pérdida de poder adquisitivo.

miércoles, 5 de octubre de 2011

¿Quién cortará el Nudo Gordiano que ata a nuestras empresas?

Jorge Ramos
Las empresas españolas, los autónomos, las micropymes, la economía española en general, adolecen de una creciente falta de circulante y el circulante es la sangre que alimenta el sistema económico de un país. La morosidad es una permanente hemorragia que amenaza, sobre todo, la supervivencia de los autónomos y de las micropymes. 

Expertos hay en la materia que deben actuar y definir las soluciones para que la economía española supere la actual crisis/cambio, pero en principio podemos hablar de una herramienta que tenemos desde hace años sin usar adecuadamente: la Ley de Mora. Existe una normativa legal que establece un máximo de retraso en el pago de facturas en España, que marca un tope de 90 días, y sin embargo esta Ley se incumple sistemáticamente hasta por la propia Administración, ya que los ayuntamientos son, según estudios al respecto, los principales morosos. Y cuando este problema se traslada a pymes y autónomos, sin suficiente recursos de tesorería para afrontar estos retrasos en el cobro de facturas, estamos poniéndoles contra las cuerdas de un concurso de acreedores. Si se hace cumplir la Ley de Mora y se rebaja el máximo a 30 días como en otros países, ya habremos avanzado bastante en la solución. Ahora mismo esta situación es un verdadero Nudo Gordiano, recordemos cómo deshizo Alejandro Magno su propio Nudo Gordiano. ¿Quién y cómo cortará el Nudo Gordiano que atenaza a nuestras pymes?

Plazos incluidos en la Ley 15/2010 contra la morosidad

Autor de la información:

Plazos incluidos en la Ley 15/2010 contra la morosidad

Por razones de trabajo, suele ser recurrente acudir a la Ley 15/2010, de 5 de julio, de modificación de la ley 3/2004, de 29 de diciembre, por la que se establecen medidas de lucha contra la morosidad en las operaciones comerciales.

A continuación, los principales aspectos que la citada normativa regula.

Será de aplicación a todos los pagos efectuados como contraprestación en las operaciones comerciales realizadas entre empresas o entre empresas y la Administración y se obliga a las empresas a adaptarse progresivamente al plazo máximo de pago (60 días para empresas y 30 para el sector público), conforme al siguiente calendario y tomando como referencia la fecha de recepción de las mercancías o prestación de los servicios:

Hasta el 31/12/2011: 85 días naturales.

Desde el 1/01/2012 y hasta el 31/12/2012: 75 días naturales.

A partir del 1/01/2013: 60 días naturales.


En el ámbito del sector público, el régimen transitorio es el siguiente:

Hasta el 31/12/2011: 50 días naturales.

Desde el 1/01/2012 y hasta el 31/12/2012: 45 días naturales.

A partir del 1/01/2013: 30 días naturales.

Cuando el deudor incurra en mora, el acreedor tendrá derecho a reclamar al deudor una indemnización por todos los costes de cobro debidamente acreditados que haya sufrido a causa de la mora de éste. La indemnización no podrá superar el 15 por ciento de la cuantía de la deuda, excepto en los casos en que la deuda supere los 30.000 euros en los que el límite de la indemnización estará constituido por el importe de la deuda de que se trate.

Algunas consideraciones al respecto:

Serán nulas las cláusulas pactadas entre las partes sobre la fecha de pago que difieran en cuanto al plazo de pago establecido.

Los proveedores deberán hacer llegar las facturas antes de que transcurran 30 días desde la prestación de los servicios.

Los plazos indicados aplicarán a todas las formas de pago posibles (confirming, cheque, pagaré, letra de cambio, etc.).

Si una empresa tiene establecido un día específico de cada mes para pagar a sus proveedores, deberá respetar los plazos.

En aquellas operaciones internacionales a las que aplique la legislación española resultarán de aplicación los plazos mencionados.

Más información en el BOE correspondiente.


Publicado en miguelangelmata.com.


Por Miguel A. Mata– 4 Octubre 2011

La fábula de los burros y de los especuladores en los mercados

Una fábula económica sobre la especulación de los mercados

•Jorge Ramos

Hace muchos años llegó a la plaza mayor de un pueblo un comerciante que compraba burros. Anunció que pagaría 200 euros por burro y todos los vecinos se volcaron a la venta. Al día siguiente, volvió al pueblo el mismo comerciante y pidió más burros anunciando que estaba dispuesto a comprarlos a 500 euros. Y al día siguiente volvió de nuevo ofreciendo 1.000 euros. Entonces explotó la euforia, y luego la frustración, al comprobar los vecinos que ya no tenían más burros. Entonces, el comerciante dijo que volvería al día siguiente y que pagaría 5.000 euros por burro así que se marchó. A las pocas horas llegó al pueblo otro viajero, con una caravana de miles de burros. Todos los vecinos sacaron sus ahorros y bajaron a la plaza del pueblo a comprar burros para venderlos luego a 5.000 al primer visitante. El recién llegado pedía 3.000 euros por animal y los vecinos pagaron gustosamente ese precio. Aquel segundo visitante vendió todos los burros a 3.000 euros y se marchó.
Ni que decir tiene que al día siguiente ya no volvió más el primer comerciante y tampoco se supo más del segundo, y que quedó claro entonces que el segundo viajante trabajaba para el primero y que ambos hicieron un negocio de grandes beneficios con todos los habitantes de ese pueblo.

Prudencia por lo tanto a la hora de cortar en los ajustes, decisión a la hora de hacer transfusiones para aumentar el circulante para combatir la morosidad y cuidado, mucho cuidado, con aquellos que llegan al pueblo comprando y vendiendo burros a unos precios muy por encima de los precios del mercado. Durante los últimos años la euforia del euro nos ha animado a comprar demasiado burros a demasiado precio, ¿qué hacemos ahora con tanto burro?

martes, 4 de octubre de 2011

Hoy no voy a hablar de crisis ni de recesión,...

Jorge Ramos
¿Pero bueno, otra vez? ¡No! No se preocupe, estimado lector, en esta ocasión no voy a volver a hablar de la crisis económica mundial ni de la recesión. Simplemente hablaré de algo que ha pasado y que está pasando, en la casi totalidad de los países industrializados.

Porque la historia son ciclos que se repiten y porque aquellos que desconocen su historia corren el riesgo de repetirla. Ocurrió y ocurre que muchas empresas y muchos empresarios optaron, sobre todo en Estados Unidos, por el camino fácil, por la denominada cultura del pelotazo, por la filosofía del todo vale y por aquello de que el fin justifica los medios. Ocurrió que algunos ¿profesionales de la banca? aplicaron todos estos ¿valores humanos? en sus respectivas actividades. Era la época de la bonanza y de...

Era la época de las bonanzas, de las vacas gordas, de la expansión y el crecimiento de las burbujas.

No importaba realmente si se estaban construyendo más viviendas de las que podían venderse, no importaba si se concedían créditos sin garantías reales, no importaba el riesgo, no importaba nada, porque todo iba bien, porque se hacía caja, y todos parecían contentos. No importaba si el consumo parecía ser un monstruo que todo lo fagocitaba. No importaba la realidad porque el sueño, la ficción, eran más interesantes mientras que se hiciese caja, y además, repito, era la fase expansiva. Pero cambió el ciclo, como las mareas, como el día y la noche, como en nuestra propia vida, como en todo lo sujeto a cambio. Y de repente todos esos ¿profesionales? se encontraron con una ¿inesperada? sorpresa: ya no estábamos en fase expansiva y había comenzado la fase de contracción.

Algunos aplicaron aquello de “coge el dinero y corre”. Otros se asustaron. Otros pidieron ayuda. Otros sacaron de los cajones expedientes de regulación de empleo que tenían guardados por falta de justificación para aplicarlos. Y el pánico cundió y se demostró, una vez más que todos los países dependen unos de otros, y que todos dependemos, en mayor o menor grado. El mal hacer de unos pocos perjudicó a muchos. Afortunadamente, hubo y hay muchos profesionales con experiencia y sentido común que supieron diversificar a tiempo, que supieron no poner todos los huevos en la misma cesta, que supieron hacer unos cimientos sólidos para sus empresas en vez de construir castillos de oro en el aire, que supieron mantener la calma, seguir trabajando, innovando, colaborando, creando, en síntesis haciendo empresa. Y éstos, estos últimos empresarios, que son muchos más que esos pseudoprofesionales, son los que están levantando la economía.

Sus nombres no salen en la prensa en grandes titulares, pero su actitud profesional está marcando el camino. Han apostado por el presente y el futuro. Aplican la “Resiliencia”. Y ¿qué es eso de la resiliencia? Los expertos definen este concepto de forma muy sencilla: “Resiliencia es la capacidad de construir en la adversidad y sobrevivir a la misma. En un mundo en crisis, esta habilidad es la clave para garantizar la supervivencia de los negocios, de la estabilidad financiera y la cordura psicológica.”

Como habrán podido comprobar, he cumplido mi compromiso y no he hablado de crisis económica ni de recesión, solo he hablado de profesionalidad! y de buena gestión empresarial… ¿O nó?

lunes, 3 de octubre de 2011

La asignatura pendiente de la morosidad

Jorge Ramos

Vamos a analizar cómo se encuentra uno de los problemas más graves que se ha producido y sigue produciéndose como consecuencia directa de esta ya larga crisis económica global: la morosidad.

Los retrasos en el pago de facturas ó incluso el impago, han crecido notablemente durante los últimos años. La morosidad afecta, directa ó indirectamente, a casi todo el mundo. Las empresas, los autónomos, los bancos, toda la economía sufre sus efectos. Y si los dos últimos años han sido malos en este concepto, las previsiones iniciales para el año en curso son, en principio, también negativas. Un estudio realizado por el Grupo Solucionados revela que la morosidad repunta. Los sectores más damnificados son la construcción, inversiones inmobiliarias y el sector servicios. Si analizamos los datos por comunidades autónomas, encontramos que Andalucía se encuentra a la cabeza de tasa de morosidad seguida de la Comunidad Valenciana. La deuda pública acumulada es un lastre que arrastran los ayuntamientos y luego se traslada a los autónomos, micropymes y pymes que finalmente son los más perjudicados.El retraso en el pago de facturas va afectando a nuevos protagonistas en un proceso encadenado que pueden entrar en morosidad como caen las fichas de dominó al empujar la primera de la fila.

Veamos un ejemplo teórico y sencillo. Supongamos que tengo una empresa constructora y comienzo a sufrir el impago o el retraso del dinero de clientes y también de ayuntamientos y otros estamentos. Como consecuencia veo disminuir mi liquidez y en un momento dado acudo a mi banco habitual para solicitar un crédito puente que me proporcione liquidez hasta que cobre los retrasos. Pero mi banco, también afectado por la morosidad me dice que ya tiene muchos problemas y que no le valen mis edificios como aval del crédito que les pido. Entonces me quedo sin crédito y empiezo yo también a convertirme en moroso de mis proveedores de materiales, que a su vez se convierten en morosos y despiden a algunos trabajadores, que a su vez reducen gastos y se convierten también en morosos de sus hipotecas y créditos.

¿Cómo se para este proceso? Para detener este proceso, quizás deberíamos empezar por lo más prioritario, que en mi opinión es lograr que haya circulante. Este dinero circulante podríamos compararlo con el torrente sanguíneo. Supongamos que tengo un problema de circulación y algunos de mis órganos internos comienzan a enfermar por falta de oxígeno. Lo más urgente no es tratar médicamente esos mismos órganos sino conseguir rápida y eficazmente que la sangre vuelva a circular cuanto antes con normalidad. Existe una normativa legal que establece un máximo de retraso en el pago de facturas en España, que marca un tope de 90 días, y sin embargo esta Ley se incumple sistemáticamente hasta por la propia Administración, ya que los ayuntamientos son, según estudios al respecto, los principales morosos. Y cuando este problema se traslada a pymes y autónomos, sin suficiente recursos de tesorería para afrontar estos retrasos en el cobro de facturas, estamos poniéndoles contra las cuerdas de un concurso de acreedores. Si se hace cumplir la Ley de Mora y se rebaja el máximo a 30 días como en otros países, ya habremos avanzado bastante en la solución. http://bit.ly/czQ9pl

Había una vez un pueblo en el que no pagaba nadie

Jorge Ramos
Había una vez, hace muchos, muchos años, un pueblo en  el que todos los vecinos tenían deudas unos con otros porque ninguno pagaba sus facturas. Había una ley contra la morosidad que nadie cumplía. Un  buen día llegó al hotel del pueblo un millonario que pidió habitación. Mientras que subía a ver la habitación dejó sobre el mostrador un billete de 500 € . El director del hotel, miró el billete y pensó “pagaré con este billete la deuda que tengo con mi proveedor de comida. El proveedor recibió el billete y con él pagó al ganadero que le suministraba la carne, quien a su vez pagó con el mismo billete a la empresa que le suministraba el pienso, empresa que utilizó el billete para pagar a su agencia de transporte. El dueño de la agencia  de transporte pagó con este billete a la madame del prostíbulo del pueblo, y la madame pagó con el billete al dueño del hotel por el alojamiento de sus chicas. El hotelero recibió el billete de la madame, en ese mismo momento bajó el millonario y le dijo “me marcho, no me gusta la habitación”. El dueño del hotel devolvió el billete al millonario quien montó en  su coche y se marchó del pueblo. Curiosamente, el billete también se marchó del  pueblo en el bolsillo del millonario pero ya no había nadie endeudado en el pueblo.  Aquel millonario era un banquero, lamentablemente ahora los banqueros ya no viajan hasta pequeños pueblos para mirar si les interesa una habitación.
   Ahora todos los partidos políticos se rasgan las vestiduras, y  después de muchos años tolerando la morosidad  se echan la culpa unos a otros. Los nuevos Gobiernos responsabilizan a los antiguos, los antiguos a los nuevos, pero todavía no he conocido a ningún Gobierno de ningún partido político que en los últimos 20 años haya querido, haya sabido ó haya podido terminar con el problema de la morosidad y este problema lo han venido pagando y lo siguen pagando todavía los autónomos, las micropymes y las pymes.  ¿Estarán esperando nuestros representantes políticos a que venga ese millonario a reservar una habitación en nuestro pueblo?