lunes, 3 de octubre de 2011

La asignatura pendiente de la morosidad

Jorge Ramos

Vamos a analizar cómo se encuentra uno de los problemas más graves que se ha producido y sigue produciéndose como consecuencia directa de esta ya larga crisis económica global: la morosidad.

Los retrasos en el pago de facturas ó incluso el impago, han crecido notablemente durante los últimos años. La morosidad afecta, directa ó indirectamente, a casi todo el mundo. Las empresas, los autónomos, los bancos, toda la economía sufre sus efectos. Y si los dos últimos años han sido malos en este concepto, las previsiones iniciales para el año en curso son, en principio, también negativas. Un estudio realizado por el Grupo Solucionados revela que la morosidad repunta. Los sectores más damnificados son la construcción, inversiones inmobiliarias y el sector servicios. Si analizamos los datos por comunidades autónomas, encontramos que Andalucía se encuentra a la cabeza de tasa de morosidad seguida de la Comunidad Valenciana. La deuda pública acumulada es un lastre que arrastran los ayuntamientos y luego se traslada a los autónomos, micropymes y pymes que finalmente son los más perjudicados.El retraso en el pago de facturas va afectando a nuevos protagonistas en un proceso encadenado que pueden entrar en morosidad como caen las fichas de dominó al empujar la primera de la fila.

Veamos un ejemplo teórico y sencillo. Supongamos que tengo una empresa constructora y comienzo a sufrir el impago o el retraso del dinero de clientes y también de ayuntamientos y otros estamentos. Como consecuencia veo disminuir mi liquidez y en un momento dado acudo a mi banco habitual para solicitar un crédito puente que me proporcione liquidez hasta que cobre los retrasos. Pero mi banco, también afectado por la morosidad me dice que ya tiene muchos problemas y que no le valen mis edificios como aval del crédito que les pido. Entonces me quedo sin crédito y empiezo yo también a convertirme en moroso de mis proveedores de materiales, que a su vez se convierten en morosos y despiden a algunos trabajadores, que a su vez reducen gastos y se convierten también en morosos de sus hipotecas y créditos.

¿Cómo se para este proceso? Para detener este proceso, quizás deberíamos empezar por lo más prioritario, que en mi opinión es lograr que haya circulante. Este dinero circulante podríamos compararlo con el torrente sanguíneo. Supongamos que tengo un problema de circulación y algunos de mis órganos internos comienzan a enfermar por falta de oxígeno. Lo más urgente no es tratar médicamente esos mismos órganos sino conseguir rápida y eficazmente que la sangre vuelva a circular cuanto antes con normalidad. Existe una normativa legal que establece un máximo de retraso en el pago de facturas en España, que marca un tope de 90 días, y sin embargo esta Ley se incumple sistemáticamente hasta por la propia Administración, ya que los ayuntamientos son, según estudios al respecto, los principales morosos. Y cuando este problema se traslada a pymes y autónomos, sin suficiente recursos de tesorería para afrontar estos retrasos en el cobro de facturas, estamos poniéndoles contra las cuerdas de un concurso de acreedores. Si se hace cumplir la Ley de Mora y se rebaja el máximo a 30 días como en otros países, ya habremos avanzado bastante en la solución. http://bit.ly/czQ9pl

1 comentario:

  1. Una ley que no cuenta con el acompañamiento de un reglamento sancionador es papel mojado. ¿Qué pasaría si la ley antitabaco no tuviese sanciones por su incumplimiento? ¿Habría algún centro público que no estuviese invadido por el humo?

    ResponderEliminar