viernes, 14 de octubre de 2011

La e-mancipación de la economía asturiana

 

Jorge Ramos

Este artículo de opinión fue escrito y publicado el 23 de septiembre de 2008 por el periodista Jorge Ramos: La e-mancipación de la e-conomía asturiana http://bit.ly/roxcZK   ¡Todavía sigue el proceso!
Jorge Ramos
El mayor reto que afronta Asturias, en estos primeros años del tercer milenio, es hacer realidad la e-mancipación de su economía, lastrada por la dependencia del sector público que fue durante décadas el motor de su sistema. Para alcanzar este objetivo, resulta imprescindible aprovechar la revolución tecnológica vigente y sus principales herramientas, entre las que destacan, sobre todo, la globalización económica y el e-business con internet como telón de fondo.
Desde la Federación Asturiana de Empresarios (FADE) se enfatiza, una y otra vez, por su presidente, Severino García Vigón, la necesidad de apostar por la competitividad, la innovación, la formación, la flexibilización del mercado laboral y la salida a nuevos mercados comerciales de otras Comunidades y otros países. Pero no siempre son escuchadas sus propuestas y, por el momento, la ansiada convergencia económica con España y con la UE sigue siendo todavía la principal asignatura pendiente.
En este escenario, la “e” de eficacia, ha empezado a asentarse, poco a poco, en los planes estratégicos de las grandes, medianas y pequeñas empresas, aunque todavía estamos bastante lejos de alcanzar los niveles mínimos exigibles.
La competitividad, la productividad, la exportación y la concentración de esfuerzos en la calidad de los productos y en un mayor esfuerzo inversor en I+D+i, empiezan a ser aceptados, lentamente, no como meros conceptos sino como realidades a las que los asturianos debemos hacer frente, si queremos que nuestra economía prospere.
Ha empezado, final y afortunadamente, a producirse también la progresiva sustitución de los criterios político-económicos, que protagonizaron la vida económica asturiana durante décadas, que hacían pilotar todo el entramado económico sobre las grandes empresas públicas, por los más modernos y más racionales criterios de eficacia, productividad y competitividad.
Y en este marco, precisamente, es donde empiezan a despuntar vigorosas pymes que salen con creciente éxito a competir en otros mercados.
Entretanto, la inmigración, que durante largos años atrajo a miles de españoles de otras regiones a trabajar en la industria pesada del Principado, se ha convertido ahora en emigración, y muchos titulados se marchan en busca de ese empleo que no encuentran en su patria pequeña. Los jóvenes de esta región emigran y, por este motivo, son tan importantes las empresas como Dial que se especializan en formación en las nuevas tecnologías y en los sectores emergentes.
Sin embargo, hay otro lastre en el proceso de crecimiento de la economía asturiana, se trata del localismo exacerbado que ha llevado, durante décadas, a las principales ciudades asturianas a competir entre ellas en lugar de unir sus fuerzas. Se advierte, no obstante, cierta tendencia a corregir esta mentalidad. La zona central asturiana está empezando a ser considerada como una gran urbe formada por tres ciudades, Oviedo, Gijón y Avilés, que suman globalmente apenas 600.000 habitantes y están unidas por la Autovía que se ha convertido ya, de hecho, en una “megacalle” de esta urbe, cuyos tres núcleos de población pueden ser recorridos en coche en apenas una hora, es decir, menos del tiempo que se tarda habitualmente en llegar en Madrid desde un domicilio en las afueras de la capital hasta el centro de trabajo.
De hecho, sin ir muy rápido, se puede llegar desde Oviedo a Gijón en 20 minutos, tardando otros 20 minutos en recorrer la distancia de Gijón a Avilés y otros 20 minutos desde Avilés a Oviedo.
Junto a este factor, positivo para los intereses generales de esta Comunidad, hay otros muchos, pero singularmente podemos destacar la complementaridad potencial de ofertas. Así, mientras que Gijón, además de un superpuerto comercial, servicios e industria, oferta su gran sector turístico y playero, Oviedo se proyecta como ciudad de negocios y congresos al tiempo que centro turístico-histórico; y Avilés aporta junto a otros aspectos reseñables, la historia y el puerto marítimo con especial énfasis en la actividad pesquera, al ser considerado uno de los principales del Cantábrico.
Cierto es, y a la vista de estas circunstancias actuales resulta evidente, que nos queda mucho camino por delante, pero también es cierto que Asturias tiene potencial, que tiene muchos y excelentes empresarios; y que, en definitiva, estoy convencido de que ¡Entre todos, podemos!
martes, 23 de septiembre de 2008

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